Canción primera

(02/03/2000)

Icé mis velas de humo en un mar de diamante; profundo y eléctrico se escucha el abismo.

Corrientes atemporales despliegan su vida, de pájaros abisales en la inquieta arena.

La calma pronuncia nombres de ola; intuyo por fin que estoy rodeado.

En medio del agua me siento una fuente, columna sin templo que ve a sus iguales.

Dejé mi rastro de risas, borbotones de hombre, espuma de alma.

 

2017-08-18-Barbate-(106)1

 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s